Pasado, Presente y Futuro
Fecha de fundación: 7 de Agosto de 1819
Nombre los fundadores: José Bonifacio Bonafont y José Ramón Bueno
Reseña Histórica:
A comienzos del siglo XVI, la nación indígena de los Ancermas poblaba el espacio comprendido entre las cimas de la Cordillera Occidental de Colombia y el río Cauca, desde el Suroeste de Antioquia hasta el Norte del actual departamento del Valle. Eran varias tribus cuya mayor aglutinación estaba en el actual Occidente del Viejo Caldas. El territorio del actual municipio de Riosucio estaba habitado por varias tribus Ancermas. Una de ellas, la de los Pirsa, ocupaba la cuenca del Imurrá o Río Sucio; otras tres, tal parece, se extendían por la cuenca de los ríos El Oro y Aurría o Estancias, una de ellas la de los Ipá; y otra, la de los Zopía, parece haberse extendido desde el actual municipio de Supía hasta la región del río Aguas Claras (actual San Lorenzo).
El primer español que pisó nuestras tierras fue el conquistador Sebastián de Belalcázar, quien venía del Perú. A fines de 1.538, el conquistador Juan de Vadillo, quien venía desde el Urabá, al pasar por la confluencia del río Supía con el Imurrá puso a éste el nombre de "Río Sucio" por el lodo invernal que entonces arrastraba. El nombre se extendió a la región circundante y a la ciudad que más tarde habría de fundarse. El 20 de enero de 1.540 un grupo de colonos españoles encabezados por el conquistador Ruy Vanegas, el sacerdote Camilo Pinzón Copete y Cequera y el minero Miguel Morón se establecieron en tierras riosuceñas hasta lograr, en un año subsiguiente. Fundar el Real de Minas de Quiebralomo, que pronto se convirtió en el más rico del país por aquel entonces, y fue un centro esclavista en donde se perpetuó la impronta de la raza negra. A fines del siglo XVI fue establecido el Real de Minas de La Montaña, al cual fueron llevados los Turzaga, indígenas mineros de la tribu Umbra del actual Anserma. Al tiempo las tres comunidades de la hoya de los ríos El Oro y Aurría, fueron congregadas en una aldea agrícola denominada "Nuestra Señora de la Candelaria de La Montaña".
El 15 de marzo de 1627 el Oidor Lesme de Espinoza y Sarabia entregó a estos indígenas el Resguardo de La Montaña, y el 22 del mismo mes entregó tierras a un grupo de indígenas traídos del sector de Sonsón en la Provincia de Arma (Sur de Antioquia y Norte de Caldas), en lo que había pertenecido a los Zopías y luego habría de constituirse como Resguardo de San Lorenzo. Además, el Oidor sacó de sus tierras en el actual Bonafont a los Pirsas, y a lo Umbras que habían sido traídos del actual municipio de Anserma, y les entregó tierras en la Vega de Supía. Poco después, en fecha desconocida, se les permite salir de la Vega y unidos a otro grupo étnico Anserma, el de los Cumba, fundan el pueblo de "Cañamomo", y se les concede el Resguardo llamado "Lomaprieta". Pedido el título original, reciben nueva posesión de sus tierras el 4 de noviembre de 1.722 por el Alcalde de Anserma, Juan Jiménez Gamonares, por orden del Virrey Jorge Villalonga. A mediados del siglo XVIII La Montaña y Quiebralomo invadieron simultáneamente un predio de Lomaprieta. Pasaron a disputárselo y aunque inicialmente fue ganado por La Montaña. Quiebralomo logró apropiárselo, y se declaró la enemistad mortal entre Quiebralomo y La Montaña. Este solo pudo ser zanjado cuando en la época de la Independencia sus respectivos curas párrocos José Ramón Bueno (oriundo de Popayán) y José Bonifacio Bonafont (oriundo de El Socorro, Santander) lograron que se uniera, en un proceso de traslado al pie del Ingrumá en la zona de conflicto. El 28 de noviembre de 1.814, los vecinos de ambos pueblos se reunieron y firmaron un acta de convenio para trasladarse.
En 1.815 el pueblo de La Montaña inició su traslado, dando surgimiento a la Plaza de la Candelaria, cuyo trazado: El de sus calles realizó el Juez Mayor Joaquín Venancio Álvarez Ramírez. Luego comenzó a trasladarse el pueblo de Quiebralomo conformando la plaza y sector de San Sebastián, trazados por el ingeniero alemán Juan Federico Bayer. Puede asumirse, pues, nuestra fecha tradicional de fundación, el 7 de agosto de 1.819 como el día que se dio por concluido oficialmente el traslado de Quiebralomo quedando completos los elementos básicos del conjunto urbanístico de la ciudad. Los distritos de Quiebralomo y La Montaña fueron fusionados en uno solo con el nombre "Riosucio", mediante el Decreto del 17 de junio de 1.846, dictado por el Doctor José Laureano Mosquera, Gobernador de la Provincia del Cauca.
Este decreto comenzó a regir el 1 de julio de 1.846. Es esta, pues la fecha de erección de Riosucio como municipio. En la década de 1.850 se inició la emigración antioqueña hacia Riosucio, que hasta entonces había sido región netamente caucana; era un fenómeno esbozado ya desde la década de 1.820 durante el comienzo de la explotación de las minas por los ingleses, alemanes y franceses. Enrique Jaramillo, Gregorio Naranjo y Serapio Navarro, procedentes del Carmen de Viboral, sureste antioqueño fundaron un caserío en tierras del Resguardo de La Montaña; fue erigido en "Aldea" en 1.854 bajo el nombre de "Oraida". En 1.855 el gobierno del Cauca le fijó límites, tomando de La Montaña por lo menos su tercera parte. Así surgió la actual zona de El Oro, caracterizada por el tipo blanco de sus gentes. En el año de 1.884 (año más posible), cinco familias de la Parcialidad de La Montaña, impulsadas quizá por la guerra civil desatada al posesionarse como Presidente de Colombia Rafael Núñez, fundan el poblado de "Bonafont", en el sitio llamado "Escopetera", al parecer correspondiente al antiguo establecimiento minero de Picara.
Estas familias son las de Vicente Bañol, Patricio Bañol, Indalecio Bañol, una familia Guapacha y otra Morales. Bonafont se transforma en Corregimiento en la década de 1.890, y se le anexan entonces tres sectores de origen mulato: Pirsa, Jagüero y Cucarachero, y la Hacienda de Trujillo. En 1.896, el patricio riosuceño Rafael Tascón fundó en el extremo noroccidental del municipio la población de El Rosario, como una respuesta caucana a la inmigración antioqueña, que seguía adelante. Ello supuso para La Montaña la pérdida de otra tercera parte de sus tierras. Pero esta población, que creció y se convirtió en corregimiento, gracias al aluvión aurífero del río Auquía, comenzó a desaparecer al agotarse éste, dejando su huella étnica y cultural en las veredas de aquel sector. Riosucio perteneció durante la Colonia a la Provincia de Ancerma de la Gobernación de Popayán; a partir de 1.819 al Cantón de Supía del Departamento (luego Provincia) del Cauca con capital primero en Popayán y después en Buga; desde 1.863 al Municipio de Toro, con Capital en Riosucio, dependiente del Estado Soberano del Cauca; en 1.886 Riosucio fue capital de la Provincia de Marmato del Departamento del Cauca, y desde 1.905 forma parte de Caldas. En lo Eclesiástico, Riosucio perteneció desde 1.546 a la Diócesis de Popayán; desde 1.900 a la Diócesis de Manizales; y desde 1.954 hasta la actualidad a la Diócesis de Pereira.
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